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Zen. 3-6.

Zen. 3-6.

Recuerdo que yo sentí mujo muy fuerte cuando murió Etienne. Yo ya practicaba desde hacía muchos años pero él tenía sólo 4 ó 5 años más que yo. Etienne Zeisler, Mokusho Zenko, que era nuestro hermano mayor en el Dharma. Murió muy rápido y como era joven, fuerte, guapo, me impresionó mucho. Pensé: "Ahora hay que practicar el amor, no tener más celos o historias con la gente". Pero este tipo de decisión no se toma solo.
Así, cuando alguien cercano muere, a veces aparece Bodaishin, el espíritu del despertar, algo que conduce nuestra práctica. Pero mujo trata sobre todo de nosotros mismos, de realizar la impermanencia de nuestra vida; es decir, que a cada momento podemos morir. Así, lo que trata, lo que enseña el Zen, el zazen, es cómo existir con mujo, comprender la aparición y desaparición, cómo vivir sin pudrir nuestro espíritu, sin ser egoístas.
En el Gakudo-yojin-shu, el maestro Dogen dice: "El que olvida un instante el yo y lo mío se vuelve íntimo con Bodaishin, el espíritu del despertar. Cuando la visión del yo se levante, sentémonos tranquilamente y examinémonos con cuidado. ¿Cuál es el origen de nuestro cuerpo interno y externo? El cuerpo con los pelos y la piel que recibimos de nuestros padres está formado por dos gotas: una gota roja y otra blanca. Desde el principio al final es vacuidad y no constituye un verdadero yo".
El conocimiento que resulta del pensamiento, del espíritu, del saber, está atado a la duración de la vida, que pasa cuando se paran la inspiración y la espiración. Por eso, tampoco el conocimiento constituye un yo. Eso no es filosofía, es sólo observación. Seguiré mañana hablando de Bodaishin, el espíritu del despertar, el espíritu que nos conduce a la Vía.
Bodaishin, el espíritu del despertar. Hoy es viernes, hay poca gente en el dojo. Es difícil levantarse para todos pero la acción de levantarse, venir al dojo, practicar zazen, es la manifestación de un Bodaishin fuerte. No cambiar la decisión.
Ayer dije que Bodaishin es el espíritu que medita sobre la aparición y la desaparición, el espíritu que realiza, comprende la impermanencia, mujo; la impermanencia de los hombres y la impermanencia del Universo. Hay aparición, duración, desaparición.
Nos apegamos a este cuerpo, esta existencia. Hacemos toda una historia alrededor de nuestra existencia pero al principio, en el origen, son sólo dos gotas, una blanca y una roja, que coexisten, que se encuentran en el mismo instante. La existencia; nos apegamos al espíritu que dice: "Yo" o "Es mío, es mi mujer, es mi trabajo, mi casa". Nos apegamos a nuestro convencimiento, nuestra experiencia, de que sólo están atados a la duración de nuestra vida. ¿Qué pasa con todo eso cuando se paran inspiración y espiración? Es un poco como enseñar a alguien una fotografía de nuestra primera comunión y decir: "Ese soy yo". No es falso pero tampoco es correcto. El rostro del chico de la primera comunión puede aparecer una vez u otra durante la vida pero no permanece, no existe como algo único.
En el Gakudo-yojin-shu, el maestro Dogen dice: "Fusionarse con un yo que es un no-yo, apegarse a un producto que es un no-producto, no practicar la Vía búdica que hay que practicar, no eliminar el mundo que hay que eliminar, es tener aversión a la Ley Verdadera y buscar una vía falsa". ¿Ahí hay algo que sea erróneo? El maestro Dogen no se dirige a gente ordinaria, se dirige a los monjes, a la gente que quiere practicar.
El nacimiento, la duración, la muerte, no existen en un mismo instante. En el instante del nacimiento, de la aparición, existe sólo el nacimiento. En el instante de la duración, existe sólo el instante de la duración. En el instante de la desaparición, de la extinción, existe sólo el instante de la desaparición, de la muerte.
En zazen entramos en la totalidad de un instante. Dije ayer que no es filosofía, sino observación, observación y concentración: zazen.
Ayer bajé a la cocina para buscar un cuenco, un cuenco en el que se había servido la guenmai, para hacer una masa, y observé que este cuenco estaba sucio de la guenmai de la mañana. La cacerola grande también estaba sucia de la guenmai del martes. No es mucho lavar cinco minutos. No es sólo el trabajo del responsable de servir la guenmai. Normalmente cada uno, después de la guenmai, debería lavar su cuenco. Sólo dos minutos y todo queda limpio.
Al principio, este instante no pertenece a vuestra vida pero, si lo hacéis entrar en vuestra vida, se convierte en un instante de práctica, en un instante de despertar. Al mismo tiempo, podéis practicar la buena armonía en el dojo, es importante. No sólo los responsables de la guenmai, la gente que come la guenmai. Los responsables de la guenmai ya dan mucho, con mucha regularidad, está bien. Los que comen también deben limpiar, hacer samu.

Zen. 2-6-2004

Zen. 2-6-2004

Antes de nacer, permanecemos en la matriz. Minúsculas partículas en forma de cuchara saltan y se precipitan hacia delante. Primero los champiñones del padre van al encuentro de los champiñones de la madre, y enseguida, ¡Paff!, una célula única es creada. Este champiñón situado justamente en el centro de la matriz, poco a poco, por un proceso metabólico, se vuelve viable. Sin preocuparse del ego, nace. Una minúscula cosita ha nacido. Después se pone a mamar del pecho de su madre y crece. Ingiere alimentos, come lo que necesita y deja caer el demonio en los retretes. Después, nuevamente en un restaurante engulle al demonio. En el baño, le corre el sudor; en la peluquería caen sus cabellos. De esta manera metabolizamos nuestro camino hasta aquí y así, "Las nubes flotantes de los cinco skandhas van y vienen sin rumbo."
El espíritu es exactamente igual, como en la frase: "Las burbujas de los tres venenos se elevan y se desvanecen sin sustancia." Los tres venenos son la codicia, la cólera y la estupidez. Los tres son burbujas en la superficie del agua. Antiguamente Shokusannui dijo: "En este mundo, río a la deriva, los movimientos del espíritu son las burbujas." Todo el mundo es una burbuja. La gente se lamenta o se alegra, ama o detesta, dice que eso es mentira o verdad. Pero esta clase de cosas es "cuando uno se despierta plenamente al cuerpo del dharma, ningún objeto existe", es: "La fuente original de nuestra propia naturaleza es la naturaleza de Buda."

Zen (sigue)

Zen (sigue)

Comentarios sobre el Shodoka por el Maestro Kodo Sawaki 1935-1938
Shodoka de Yoka Daishi:
Cuando vemos la verdadera realidad, no existen ya los hombres ni la ley.
Al instante, nuestros actos más infames se destruyen.
Si utilizo mentiras para equivocar a los hombres
Que caiga para siempre en el suplicio de la lengua arrancada.

Mirar el Mundo con Gafas de Color
La practica del Budismo apunta a descubrirnos la verdadera realidad. Despierta de pronto en nosotros una necesidad imperiosa de saber a qué se parece. Ahora bien, el carácter verdadero de la realidad tiene por carácter único la ausencia de carácter. No es ni esto ni lo otro. Todas las existencias del universo, todos los fenómenos sin excepción, son la verdadera naturaleza de la realidad. Está dicho en el Hannya Shingyô: "Todas las existencias están vacías de aspecto; no hay ni nacimiento, ni decrecimiento; ni mancha, ni pureza." Así es la realidad: sin belleza, sin suciedad, sin nacimiento, sin muerte.
Desde el punto de vista humano, podemos ver esta realidad. En nuestra época, los hombres, especialmente los intelectuales, esa gente acostumbrada a pasar exámenes y capaz de llenar un papel sobre no importa qué tema, intenta hacer correr su pluma para describirla, pero cuanto más lo intenta, más se sustrae de ella y lo que sale de su papel hace pensar en una minúscula pequeña caquita.
Es imposible para un ser humano ver la verdadera naturaleza de la realidad, por el hecho de que él es un ser humano. Nosotros, hombres, no podemos ver más que nuestro mundo de hombres. Un pez no ve más que su mundo de pez. Un ladrón ve ladrones por todas partes.
Uno me ha dicho que un magistrado decía con gusto: "en todo hombre veo un criminal." Decía sin duda la verdad. Este hombre se reconocía a sí mismo en las mentiras, por lo que es normal que piense en términos de culpabilidad.
Cuando se venera a un Buda y se es anticuario, se empieza por estimar el valor del objeto: "¿Por cuantos miles de yen podré venderlo?" A partir del momento en que se ve un Buda, se le pone una etiqueta. Por eso todos los Budas han desaparecido.
Mirando el mundo con el ojo de Buda, todo es Buda. No hay más demonios. Todos los seres, sensibles e insensibles, son la Vía: la hierba, el árbol, el país, el planeta, todo es Buda. Nuestro cuerpo tal como es, es Buda.
El hombre ordinario de nuestro mundo dirá que yo no soy un Buda, sino un hombre como los demás porque me mira con gafas de color de hombre ordinario. Cuando lleva gafas azules, ve el mundo en azul. Si tienen el color del deseo, no ve más en el mundo que objetos de deseo.
Por lo tanto, tenemos que comprender la Verdadera Realidad. Es necesario pero, como la Ley del hombre se opone, no es una tarea fácil. Aquí, todo es ilusión. De todo lo que se hace en el mundo, nada existe fuera de las ilusiones. Todo, sin excepción, es ilusión. Podemos decir que todo es karma.
Un hombre acaba de robar algo: tiene miedo y se escapa. Un policía se lanza en su persecución y mira a los paseantes preguntándose si el tipo que está delante de él es el ladrón. Por tanto, el perseguido y el perseguidor andar cada uno por un mundo diferente. He aquí porqué la verdadera realidad as tan difícil de aprehender. Descubrir la verdadera naturaleza de la realidad, es abrazar de una sola mirada el panorama del universo. Cuando tenemos esta visión, hemos comprendido las enseñanzas del Buda.
Para contemplar el espectáculo del universo, no es necesario sacar el telescopio ni de inclinarse sobre el microscopio. No vale la pena molestarse tanto. Basta con negarse a reconocer como verdaderas todas las ilusiones que nos ciegan. Hay que decirse "mis pensamientos son erróneos, este es falso, este otro también, todo es falso, yo lo niego." Si los alejamos todos, nada más existe en nosotros. Está escrito: "Cortando los lazos del karma, encontramos el apaciguamiento de todas las cosas. No pensamos más en términos de bien o de mal, no distinguimos más lo verdadero de lo falso." Abreviando, tenemos una visión total e inmediata de lo real. Entonces basta con mirar por encima de nuestras gafas, o mejor, quitárselas.
Asir el universo de un vistazo no es un problema de cantidad sino de calidad. Incluso aunque se pudiera evaluar la distancia de los confines del universo en miles de años luz, más allá quedará todavía lo desconocido. En el Sutra del Loto, la duración del universo está estimada en quinientos ciclos cósmicos. Infinitamente grande o infinitamente pequeño, el mundo es ilimitado. El verdadero problema no es ni el tiempo ni el espacio, sino la esencia del universo.

Zen. 1-6 Ter.

Zen. 1-6 Ter.

En los templos zen, el gran numero de participantes impide doblarse. Yo mismo me mantengo gracias a los estudiantes y esto es recíproco. Cuando somos cincuenta, somos cincuenta resistiendo. Cuando somos cien, somos cien resistiendo, ¡entonces la atmósfera es terrible! Es precisamente en este ambiente donde se reconoce un dôjô de la Vía del Buda. Viviendo esta experiencia, la experiencia del zazen, encarnamos las seis perfecciones: "el rayo de luna atraviesa el agua clara de un corazón sin mancha, aunque las olas le quiebren sigue brillando". La vida cotidiana se vuelve nítida como el agua pura. Cuando zazen ha sido nítido, es imposible dejar el ambiente del dôjô cantando a voz grito o beber un vaso de alcohol, no pena de caerse al suelo.
Zazen, es sentarse sin desear nada. Se habla de eternidad, pero la eternidad según la Vía del Buda es practicar aquí y ahora. Si llego a hacernos entender eso en lo más profundo de vosotros mismos, ¡no viviréis hasta los 50 años en la oscuridad! Pero sino cogéis este punto esencial, no podréis seguir la Vía del Buda. Zazen también es practicar los preceptos aquí y ahora. ¡Ahora! ¡Ahora! ¡Ahora! ¡La vida es una sucesión de "ahora"!
Haciendo zazen, hacéis cuerpo con el universo y la esencia de todas las cosas y en consecuencia estáis sin ego. Cuando abandonáis vuestro ego, encarnáis la paciencia y esto vuelve a decir que zazen es paciencia. Hay que hacer lo que está en la Vía y no hacer lo que no está, eso da bases sólidas a vuestra vida cotidiana y os pide mucha energía. Viviendo de conformidad con la Ley de Buda, lleváis juicios lúcidos y llenos de sabiduría. Es así como "las seis perfecciones y las diez mil prácticas se realizan perfectamente en nuestro cuerpo". El cuerpo significa el cuerpo del zen del Buda. Este vuelve a decir que las seis perfecciones y las diez mil prácticas, así como todas las prácticas de la Vía del Buda están contenidas en el zen de Buda. Las dos frases de este verso son extremadamente importantes, pienso son el corazón del poema.

Zen. 1-6 bis

Zen. 1-6 bis

Fundar su Práctica en las Ilusiones
Dogen escribió en el Gakudô Yôyin-shu: "Fundar su práctica en las ilusiones, producir el espíritu del despertar antes de percibirlo". Las ilusiones, en la práctica de la Vía han sido comparadas con un "precioso coágulo de sangre". La práctica de la Vía implica cantidad de cosas pero zazen permanece siempre en el corazón de la vida cotidiana. Se dice que practicar es como cerrar el paso a las ilusiones. Los hombres son los hombres y se diga lo que se diga no existen los milagros, esperan siempre que sus votos se cumplan y obtener una recompensa por sus esfuerzos. Como el hombre está hecho así, la practica de la Vía debe perseguirse en medio de las ilusiones y querer parar las ilusiones es el zazen del hombre ordinario. Esto último durante zazen inmoviliza el coágulo de sus ilusiones al querer pararlas, puesto que el buen método es al contrario, dejarlo pasar. Preguntémonos solo lo siguiente: "¿Mi acción sirve a la Vía? ¿o a las ilusiones?" Si se actúa sin discernimiento, desde la ceguera, somos exactamente como un gato que tiene la cabeza en una bolsa de papel y que se encuentra en la mitad de la plaza Ginza, incapaz de distinguir el esto del oeste y acabará por morirse sin saber que hacer. Alguien dijo: "Hasta los 50 años, he ido de oscuridad en oscuridad". ¡Eso es un vida muy arriesgada!
En los últimos tiempos, repito siempre la misma cosa: el dinero está hecho para ser gastado. Ahora bien, en nuestra época, demasiada gente se deja manipular y someter por el dinero. Si heredan de sus padres, se convierten en esclavos de su fortuna y llevan una vida de guardianes de caja fuerte sin hacer ninguna otra cosa.
En la rama Sôtô del zazen, los niños aprenden de memoria el Gakudô Yôjinshû. Cuando son adultos, les queda en la memoria este texto pero lo entienden porque no se ha restituido a las palabras la sustancia de la vida cotidiana. Ven las palabras sin comprender su sentido. Hay que vivir verdaderamente las palabras.
"Transmitir simplemente términos, hacer recitar nombres, enseñar las joyas de los demás de la mañana a la noche, todo eso no vale nada". "La palabra está verde, el término no está maduro". ¡Esto está bien dicho! "Comprender de un golpe el zen de Buda" es "fundar su práctica en las ilusiones y producir el espíritu de despertar antes de comprender". Convertirse en Buda, es estar simplemente sentado en zazen. Discernir el camino, es seguirlo. Práctica y despertar son solo uno. No hay que despertar sin practicar.
Practicando, es decir practicando en medio de las ilusiones, el despertar se produce antes que seamos consientes. ¿No es eso una práctica maravillosa? Después cada práctica emite una luz dulce que aclara el despertar original. Eso es lo que se entiende por "comprender el zen de Buda". Claro que es evidente que leer libros sin practicar no sirve de ayuda en la Vía del Buda.
Me preguntaba siempre que libros hay que leer para comprender el zen. Si estoy tumbado, contesto sin moverme "tengo prisa, ven a hacer zazen todos los días". Esta clase de preocupación hay que situarla en la serie de las pasiones. El zen es "hacer". El problema está sobre todo en no cometer errores "haciéndolo". Doy explicaciones, casi siempre cogiendo a la gente de la mano y enseñándole como sentarse. Soy extremadamente severo con lo que concierne a la postura.
En el dôjô de la Universidad de Komazawa, hay siempre doscientos estudiantes y que allí reine un silencio tan profundo con tanta gente me sorprendido siempre. Aunque de ordinario todos estos jóvenes sean ruidosos y toscos, nunca he visto uno solo entre ellos entrar en el dôjô canturreando o con una colilla en la boca. Dan la impresión de no haber matado nunca una mosca. Entran en silencio, hacen gasshô y se sientan. Los que esperan a la salida y que no han practicado zazen, están sorprendidos. Un grupo se comporta exactamente como una brasa de carbón, una brasa candente que sin atizarla, se apaga sola. Un montón de brasas se convierten en un brasero ardiente. Una persona que tosa, se limpie la nariz o cambie de pierna, debe hacerlo discretamente. Cuando somos muchos, cada uno debe recogerse en si mismo para no molestar a los demás, en virtud de que se obtenga una atmósfera única. Eso no depende de mi, sino de cada miembro del grupo.

Zen. 1-6

Zen. 1-6

El Encanto Secreto de la Tradición Oral
De todos los métodos de enseñanza es el más eficaz. Podemos estudiar solos una vida entera sin ningún provecho. Lo mismo pasa con el manejo del sable y todas las prácticas. No es suficiente gritar "¡Ya, ya!" sin razón y golpear, pues podéis estar seguros de que corréis a vuestra perdición. Pero conforme a las reglas, si os ponéis en guardia y vuestra postura es justa apuntando "¡ya!" tocáis al adversario. Todo el secreto está en la postura. El maestro la ha heredado de sus ancestros y en que sigáis o no su enseñanza, está la diferencia.
Conozco una anciana que enseña a sus nietos la costura, la ceremonia del té, el koto y toda clase de cosas. Tuve la ocasión de verla hacerlo. Cuando se limpia un cuello de crêpe japonés, frotándolo demasiado fuerte con jabón, se reduce y se arruga. La abuela llamó a su nieta y le dijo: "¡Mírame como lo hago!" Hizo calentar agua en una marmita hasta que hirviera a borbotones y pidió a su nieta coger una extremidad de la tela y estiraron cada una de un lado, por encima del vapor para distenderla, después la puso a secar.
Este ejemplo de savoir faire enseña exactamente lo que entiendo por tradición oral. Todo lo que me oís decir sobre la enseñanza del Buda es un tradición oral, porque ella sola permite coger los secretos y entenderlos bien, incluso si acabamos siempre por escribirlos en un papel. La transmisión secreta hace ver al instante, por eso es tan importante. Zazen es el secreto de la enseñanza de Buda que desde la antigüedad los maestros se enfloraron a los discípulos: "¡Estirad los músculos de la espalda! ¡Empujad el cielo con la cabeza! ¡Empujad los intestinos, el pecho hacia afuera, es normal! ¡Dejad caer los hombros....!" ¡Sino conocéis la tradición oral, venís a hacer solo tres días de sesshin y estáis tan agarrotados que lloráis! En la practica hay cantidad de experiencias como esa. Constituyen la transmisión secreta y se enseñan de generación en generación. Las obras de Dogen, el Fukan Zazengi y los dos capítulos del Shobogenzo, Bendowa y Zanmai ô zanmai así como el zazen Yöjin-ki de Keizan Jokin pertenecen a esta tradición.
Cuando alguien os ha enseñado una buena postura, sentís reconocimiento y espontáneamente, hacéis gasshô. Os sentís bien y tenéis ganas de sentaros en zazen. Si vuestra postura es mala, vuestro humor también. Es por esta razón que me afeito los pelos. Crecen enmarañados y cuando estoy en este estado me siento mal en mi piel de monje. Cuando estoy afeitado, me siento en armonía conmigo mismo. Mi humor es diferente según que lleve un hakama o el kesa que venero. "Cuando de repente, entendéis el zen de Buda" os afeitáis el cráneo y lleváis el kesa: estáis exactamente en el espíritu de zazen. Sino, no es el zen de Buda.
Cráneo afeitado y vestidos con el kesa, si practicáis zazen y vuestra postura es justa, ninguna ilusión puede entrar. Si hay el menor intersticio, dejáis penetrar el zen animal o el zen cupido y abrís a lo grande la Vía a una inundación de deseos humanos. Como los deseos humanos son ilusiones, estaréis protegidos si hacéis zazen guarneciendo todas las aberturas. Cuando estáis simplemente sentados, shikantaza, en una postura exacta, nada puede infiltrarse.

Zen. 1-6

Zen. 1-6

El Encanto Secreto de la Tradición Oral
De todos los métodos de enseñanza es el más eficaz. Podemos estudiar solos una vida entera sin ningún provecho. Lo mismo pasa con el manejo del sable y todas las prácticas. No es suficiente gritar "¡Ya, ya!" sin razón y golpear, pues podéis estar seguros de que corréis a vuestra perdición. Pero conforme a las reglas, si os ponéis en guardia y vuestra postura es justa apuntando "¡ya!" tocáis al adversario. Todo el secreto está en la postura. El maestro la ha heredado de sus ancestros y en que sigáis o no su enseñanza, está la diferencia.
Conozco una anciana que enseña a sus nietos la costura, la ceremonia del té, el koto y toda clase de cosas. Tuve la ocasión de verla hacerlo. Cuando se limpia un cuello de crêpe japonés, frotándolo demasiado fuerte con jabón, se reduce y se arruga. La abuela llamó a su nieta y le dijo: "¡Mírame como lo hago!" Hizo calentar agua en una marmita hasta que hirviera a borbotones y pidió a su nieta coger una extremidad de la tela y estiraron cada una de un lado, por encima del vapor para distenderla, después la puso a secar.
Este ejemplo de savoir faire enseña exactamente lo que entiendo por tradición oral. Todo lo que me oís decir sobre la enseñanza del Buda es un tradición oral, porque ella sola permite coger los secretos y entenderlos bien, incluso si acabamos siempre por escribirlos en un papel. La transmisión secreta hace ver al instante, por eso es tan importante. Zazen es el secreto de la enseñanza de Buda que desde la antigüedad los maestros se enfloraron a los discípulos: "¡Estirad los músculos de la espalda! ¡Empujad el cielo con la cabeza! ¡Empujad los intestinos, el pecho hacia afuera, es normal! ¡Dejad caer los hombros....!" ¡Sino conocéis la tradición oral, venís a hacer solo tres días de sesshin y estáis tan agarrotados que lloráis! En la practica hay cantidad de experiencias como esa. Constituyen la transmisión secreta y se enseñan de generación en generación. Las obras de Dogen, el Fukan Zazengi y los dos capítulos del Shobogenzo, Bendowa y Zanmai ô zanmai así como el zazen Yöjin-ki de Keizan Jokin pertenecen a esta tradición.
Cuando alguien os ha enseñado una buena postura, sentís reconocimiento y espontáneamente, hacéis gasshô. Os sentís bien y tenéis ganas de sentaros en zazen. Si vuestra postura es mala, vuestro humor también. Es por esta razón que me afeito los pelos. Crecen enmarañados y cuando estoy en este estado me siento mal en mi piel de monje. Cuando estoy afeitado, me siento en armonía conmigo mismo. Mi humor es diferente según que lleve un hakama o el kesa que venero. "Cuando de repente, entendéis el zen de Buda" os afeitáis el cráneo y lleváis el kesa: estáis exactamente en el espíritu de zazen. Sino, no es el zen de Buda.
Cráneo afeitado y vestidos con el kesa, si practicáis zazen y vuestra postura es justa, ninguna ilusión puede entrar. Si hay el menor intersticio, dejáis penetrar el zen animal o el zen cupido y abrís a lo grande la Vía a una inundación de deseos humanos. Como los deseos humanos son ilusiones, estaréis protegidos si hacéis zazen guarneciendo todas las aberturas. Cuando estáis simplemente sentados, shikantaza, en una postura exacta, nada puede infiltrarse.

Zen. 1-6

Zen. 1-6

El Encanto Secreto de la Tradición Oral
De todos los métodos de enseñanza es el más eficaz. Podemos estudiar solos una vida entera sin ningún provecho. Lo mismo pasa con el manejo del sable y todas las prácticas. No es suficiente gritar "¡Ya, ya!" sin razón y golpear, pues podéis estar seguros de que corréis a vuestra perdición. Pero conforme a las reglas, si os ponéis en guardia y vuestra postura es justa apuntando "¡ya!" tocáis al adversario. Todo el secreto está en la postura. El maestro la ha heredado de sus ancestros y en que sigáis o no su enseñanza, está la diferencia.
Conozco una anciana que enseña a sus nietos la costura, la ceremonia del té, el koto y toda clase de cosas. Tuve la ocasión de verla hacerlo. Cuando se limpia un cuello de crêpe japonés, frotándolo demasiado fuerte con jabón, se reduce y se arruga. La abuela llamó a su nieta y le dijo: "¡Mírame como lo hago!" Hizo calentar agua en una marmita hasta que hirviera a borbotones y pidió a su nieta coger una extremidad de la tela y estiraron cada una de un lado, por encima del vapor para distenderla, después la puso a secar.
Este ejemplo de savoir faire enseña exactamente lo que entiendo por tradición oral. Todo lo que me oís decir sobre la enseñanza del Buda es un tradición oral, porque ella sola permite coger los secretos y entenderlos bien, incluso si acabamos siempre por escribirlos en un papel. La transmisión secreta hace ver al instante, por eso es tan importante. Zazen es el secreto de la enseñanza de Buda que desde la antigüedad los maestros se enfloraron a los discípulos: "¡Estirad los músculos de la espalda! ¡Empujad el cielo con la cabeza! ¡Empujad los intestinos, el pecho hacia afuera, es normal! ¡Dejad caer los hombros....!" ¡Sino conocéis la tradición oral, venís a hacer solo tres días de sesshin y estáis tan agarrotados que lloráis! En la practica hay cantidad de experiencias como esa. Constituyen la transmisión secreta y se enseñan de generación en generación. Las obras de Dogen, el Fukan Zazengi y los dos capítulos del Shobogenzo, Bendowa y Zanmai ô zanmai así como el zazen Yöjin-ki de Keizan Jokin pertenecen a esta tradición.
Cuando alguien os ha enseñado una buena postura, sentís reconocimiento y espontáneamente, hacéis gasshô. Os sentís bien y tenéis ganas de sentaros en zazen. Si vuestra postura es mala, vuestro humor también. Es por esta razón que me afeito los pelos. Crecen enmarañados y cuando estoy en este estado me siento mal en mi piel de monje. Cuando estoy afeitado, me siento en armonía conmigo mismo. Mi humor es diferente según que lleve un hakama o el kesa que venero. "Cuando de repente, entendéis el zen de Buda" os afeitáis el cráneo y lleváis el kesa: estáis exactamente en el espíritu de zazen. Sino, no es el zen de Buda.
Cráneo afeitado y vestidos con el kesa, si practicáis zazen y vuestra postura es justa, ninguna ilusión puede entrar. Si hay el menor intersticio, dejáis penetrar el zen animal o el zen cupido y abrís a lo grande la Vía a una inundación de deseos humanos. Como los deseos humanos son ilusiones, estaréis protegidos si hacéis zazen guarneciendo todas las aberturas. Cuando estáis simplemente sentados, shikantaza, en una postura exacta, nada puede infiltrarse.

Zen. 31-5 Ter.

Zen. 31-5 Ter.

En el bushido de Hagakure se encuentra esta frase: "Obrar bien es soportar." Si le damos una explicación complicada, moral o psicológica, estaremos tan confundidos que no podremos emprender ninguna acción. Esto no tiene fin. Cuando nos preguntamos qué es una buena acción, estamos en realidad en un callejón sin salida. Por lo que respecta a este dilema, la respuesta más sensata sería: " Obrar bien es soportar." Esa es la transmisión especial del Zen, fuera de las escrituras e independiente de las letras y de las palabras. "La verdadera naturaleza de la ignorancia es la naturaleza de Buda, el cuerpo vacío de la ignorancia es el cuerpo del dharma", es simplemente eso.
El sentimiento de Yamamoto Jocho, ¿no está en la misma línea cuando escribe: "A qué distancia de este mundo efímero el cerezo de la montaña"? El cuerpo vacío de la ignorancia y el cuerpo del dharma están largamente separados. Es la distancia que hay entre la presencia de la vida y su ausencia. Es la distancia hasta el paraíso. Yamamoto Jocho se suponía que se iba a suicidar cuando su señor murió, pero continuó viviendo retirado en soledad. De hecho, había atrapado verdaderamente la vida. La gente que no posee el aliento de la vida no comprende el sentido profundo de "A qué distancia de este mundo efímero..." Este género de inútil es feliz hablando de dinero. "¿A qué distancia de este mundo efímero el cerezo de la montaña?" ...
A decir verdad, uno tiene el sentimiento de que este verso expresa la sustancia del Shodoka. No solamente la sustancia del Shodoka, sino también la esencia del Zen y el sentido general del dharma de Buda. Verdaderamente es un verso de una gran delicadeza.

Zen. 31-5 Bis.

Zen. 31-5 Bis.

Asir la energía vital
Se debería también llamar a los diecisiete caracteres chinos que van desde "No ves..." a "...el cuerpo vacío de la ignorancia es el cuerpo del dharma", introducción de Yoka Daishi. Los antiguos dicen igualmente que en particular las dos frases: "La verdadera naturaleza de la ignorancia es la naturaleza de Buda; el cuerpo vacío de la ignorancia es el cuerpo del dharma", son un resumen del Shodoka. Este resumen se presenta bajo la forma de una pareja. Dado que las frases van por pares, dos frases forman un resumen. Están estas palabras: "La naturaleza propia absoluta va y viene sin sustancia, el cuerpo vacío e ilusorio tiene un nacimiento y una muerte."
Desde el punto de vista budista, los seres ignorantes y Buda no son más que uno. Uno se convierte tanto en los seres ignorantes como en Buda. El cuerpo del dharma y el cuerpo vacío e ilusorio no están separados, son idénticos. El cuerpo del dharma es el cuerpo vacío de la ignorancia. El cuerpo vacío de la ignorancia es el cuerpo del dharma.
Poco importa que uno sea capaz de hacer fácilmente una conferencia sobre los sutras. Dar una conferencia sobre los sutras no requiere estudios académicos demasiado difíciles. Pienso que con el progreso de la cultura habrá probablemente una estación de radio consagrada a grabaciones académicas. Esto no tiene porqué tardar diez mil años; cien o doscientos años deberían bastar. Es agotador leer libros. Lo único que tendremos que escuchar en público, los ojos cerrados, será una grabación. Como cuando se conecta una emisora de radio, cuando se haya sintonizado esta grabación, se podrá pasar directamente sobre el capítulo, el párrafo, el artículo que se desee oír. En el futuro, los aparatos se volverán cada vez más pequeños. Quizás podamos meter uno en el bolsillo y escuchar el tema académico que deseemos oír en cualquier momento que elijamos, incluso acostados. No tendremos necesidad de escribir un montón de cosas en cuadernos y aprenderlas de memoria antes de un examen, como lo hacemos hoy día. En ese punto, el estudio ya no será importante.
Nosotros mismos, como quiera que sea, al margen de los asuntos llamados de estudio, tenemos el dharma de Buda. La ciencia llamada dharma de Buda podría ser registrada, pero nuestro propio y auténtico dharma de Buda, "monedas contantes y sonantes" que son nuestra real vitalidad humana, no puede ser registrada.
Hay un proverbio que dice: "Aunque no haya comido nada, el samurai se cuida los dientes con esmero." Esto que hacían los samurais era muy interesante. Era algo vivo. Pienso que no ha habido jamás una educación tan perfecta como la de los samurais japoneses. No tenían necesidad de la vida. Si tenían el estómago vacío lo soportaban. Aunque no tuvieran nada para comer, no se quejaban nunca. Por eso hubo hombres como Senmatsu, que dijo: "Aunque mi estómago esté vacío, no diré que tengo hambre." La vida del samurai era exaltante. Más que exaltación, llegaban a la Vía llevados por una fuerte claridad. Ese es el resultado de la práctica zen emprendida por los samurais. Los diferentes clanes entraban en competición para hacer progresar el bushido.
El Zen, con su transmisión especial fuera de las escrituras e independiente de las letras y de las palabras, no podría ser programado aunque se creara una estación de grabaciones académicas. Esta cualidad improgramable, esta energía total de los seres vivientes, los samurais japoneses la poseían.

Zen. 31-5.

Zen. 31-5.

Un poema de Issa dice:
La gente es parecida a gotas de rocío, ¿Están ustedes de acuerdo?
La gente está totalmente falta de autenticidad. Es parecida a las gotas de rocío. Está totalmente extraviada por pérfidos granujas. Y su vida se vuelve irrevocablemente determinada, sin posibilidad de cambio. Así que si no tenéis aquí el satori, si no realizáis que esto es "eso", no solamente seréis engañados por los otros, sino que además vuestro nacimiento en tanto que seres humanos no tendrá ningún valor.
Como se ha dicho: "La verdadera naturaleza de la ignorancia es la naturaleza de Buda. El cuerpo vacío de la ignorancia es el cuerpo del dharma." Ignorancia y satori no son dos cosas separadas. Debemos comprender el origen de lo que ciega el yo hasta hacerle pensar que son dos cosas separadas. Debemos asir el cuerpo del dharma, en el cual, tal como es, está la naturaleza absoluta del espíritu. La obra de nuestra vida es descubrir la cualidad viviente esencial en la verdadera naturaleza de la ignorancia y el cuerpo vacío de la ignorancia, a fin de asir esta cualidad viviente y poner todos nuestros esfuerzos a su servicio.
Una vez asido realmente el cuerpo del dharma, comprendemos que todos los seres sensibles tienen la naturaleza de Buda, y que la hierba, los árboles y el país, todo alcanza la budeidad. Esto está bien tal como es, y aquello también está bien tal cual es. Todo es así. En otros términos, comprendemos que todo es normal. No por haber alcanzado la edad de sesenta años somos mejores. Quince años están bien en tanto que quince años. Doce años en tanto que doce años. No nos volvemos mejores porque envejezcamos. Si comprendemos que las cosas están muy bien tal como son, entonces la condición normal es buena. Y no podremos hacer nada si esto, en tanto que adultos, no lo hemos comprendido.

Zen. 30-5

Zen. 30-5

La transmisión secreta de la práctica budista
"El cuerpo vacío de la ignorancia es el cuerpo del dharma." Este cuerpo vacío de la ignorancia, tal como es, no está separado de la naturaleza única del espíritu. En otros términos, la naturaleza absoluta del espíritu es la vida. ¿Tenemos verdaderamente la vida en nosotros mismos? El hecho de que tenemos que morir no quiere decir que no tengamos que vivir. Se podría decir que Yoshida Shorin no tiene vida porque murió hace aproximadamente treinta años; pero él escribió: "Aunque realice las consecuencias de las acciones, el espíritu japonés no puede renunciar." La naturaleza absoluta de su espíritu, tal cual es, campea clara y abiertamente en una esquina de Satagaya, no cae jamás en la melancolía, aunque le corten la cabeza. El espíritu japonés, poco importa lo que se diga, está firmemente establecido y no morirá. Hideyoshi era así, Kusonoki Masashige también. Con lógica comprendieron la lógica. Pero más aún, con este cuerpo vacío de la ignorancia que puede morir en cualquier instante, ellos cumplieron una acción eterna más allá de la muerte. Dicho esto, utilizamos en general este cuerpo vacío para comer demasiado y embotar nuestro sistema digestivo, para beber demasiado y atrapar una cogorza, para descuidar nuestro trabajo y desear un salario. Si por una parte este cuerpo vacío de la ignorancia puede cumplir una acción del universo entero, por otra, las acciones limitadas cumplidas por esta naturaleza absoluta del espíritu pueden no solamente no ser moderadas, sino que incluso se obra mal. Es verdaderamente extraño.
El budismo es simplemente este principio. La cuestión que se plantea es cómo vivir esta vida para mayor bien. Este estilo de vida es llamado absurdo. Una vez comprendido esto claramente, ya no hay más problemas. El budismo es la tentativa de vivir una vida que tenga sentido. El budismo no tiene nada que ver con la idea idiota, la idea estúpida que dice que "sea cual sea el mal que hayamos cometido, después de la muerte todo el mundo va al paraíso." ¿Cómo podemos crear un género de vida mejor? El punto importante es: ¿Cómo este cuerpo vacío de la ignorancia, susceptible de morir en todo momento, puede cumplir una acción eterna más allá de la muerte? ¿Cómo es posible esto? Por el voto de volverse el cuerpo del dharma. Este voto de convertirse en el cuerpo del dharma sustenta nuestros esfuerzos en la práctica y el estudio reales.
Decís que no sabéis cómo resolver Mu, el koan de Joshu. Cuentan que uno se puso a cuatro patas y ladró: "¡Guau, guau!", y que esta respuesta fue admitida. ¿Hay algo más estúpido? Eso demuestra una total ignorancia de las circunstancias antiguas que rodeaban este koan. "Si en la oscuridad oís la voz de un cuervo que no emite ningún sonido, ¿pensaréis que es un macho o una hembra?" Para pasar este koan, dicen que alguien se puso los dedos en las orejas, cerró los ojos e hizo ruidos roncos: "¡Kaa, kaa!." ¿Hay algo más idiota?
¿Cómo el instante presente puede ser transformado en yo eterno? ¿Cómo este momento puede ser vivido perfectamente? Eso es esencialmente lo que llamamos vacío. Todo momento debe ser vivido perfectamente. Bajo este ángulo, el cuerpo vacío e ilusorio es el instante, y el cuerpo del dharma es la eternidad. Esto es la verdadera práctica y el verdadero estudio de la Vía budista. Esa es la transmisión secreta. Como quiera que sea, la vida de Buda tuvo, ante todo, un principio y un fin. Aparte del hecho de que fue un Buda, él nació y murió. Quizás los dragones derramaran una lluvia de ambrosía desde los cielos, y las aguas brotaran de la tierra, o quizás dijo: "En los cielos y en la tierra, sólo yo soy honrado." Yo no lo sé. Pero pienso que en su nacimiento él no se consideraba como un Buda. Y aunque todavía se esté debatiendo si su muerte fue a causa de un champiñón o de un trozo de cerdo envenenado, que yo sepa, el hecho es que está bien muerto. Abstracción hecha de su budeidad, está muerto. Pero sea cual sea la parte de su vida que examinemos, ésta será perfecta. No habrá la menor tacha. Tal es el sentido del nombre "el perfecto Tathágata Shakya de virtudes innumerables." No hay necesidad de hacer resaltar ciertas escenas de su vida, ejemplares, como en el teatro. A cada momento, su yo era eterno. Eso es que el cuerpo vacío de la ignorancia es verdaderamente el cuerpo del dharma. Y por eso hacemos esfuerzos.
¿Lo que yo hago tiene vida? ¿Cuándo, cómo, eso tiene una vida? A menudo la gente no puede dejar de fumar aunque el médico le diga que eso es peligroso para los pulmones... . Eso es la vida de la sabiduríadel cuerpo del dharma. "La verdadera naturaleza de la ignorancia, el cuerpo vacío de la ilusión, es el cuerpo del dharma." Si no se lee atentamente, uno pasa totalmente por encima de estas dos frases. Pero el ser ignorante es el Buda; exactamente tal cual es, es Buda.
Eso puede parecer un buen negocio, pero no lo es. A decir verdad es una afirmación muy constreñida. A causa de ella, estas criaturas de la vida y de la muerte viven una vida sin ida y vuelta. Aunque haya nacimiento y muerte, encontrar una vida sin escapatoria que ni va ni viene y, una vez certificada ésta, trabajar verdaderamente para esclarecerla, tal es la práctica budista. Allí, por primera vez encontramos una perspectiva luminosa. Las cosas ya no son solamente este lugar limitado sino un yo eterno. Y sin embargo, las cosas que hace la gente están limitadas a los lugares donde llegan, y son tan inestables como los precios del mercado. Eso no es bueno. Hay una historia de los primeros años de la era Meiji sobre uno que intentó vender por cincuenta yens la pagoda de cinco plantas de Horyu-ji. Otro cogió la imagen lacada de Buda ante la que se prosternaba día tras día, la pisoteó y la quemó. ¡Qué sacrilegio! Pero los seres humanos están siempre motivados e inducidos a error por sus circunstancias limitadas.

Zen. 26-5. Ter.

Zen. 26-5. Ter.

Comentarios sobre el Shodoka por el Maestro Kodo Sawaki 1935-1938
Primera Poema del Shodoka de Yoka Daishi:
No ve usted
a ese hombre de la Vía que ha ido más allá del
estudio y vive sin esfuerzo,
sin rechazar la ilusión ni buscar la verdad.

Las Acciones de Todo el Universo
En el Zen hay una obra titulada Hokyo Zan Mai. En este Hokyo Zan Mai está escrito: "Vosotros que ahora recibís esto, guardadlo bien." El Hokyo Zan Mai y el Shodoka son dos poemas. Aunque estos poemas le hablen a la gente (honorable) de "usted" o de "tú", estas palabras no designan a nadie en particular. Están dirigidas directamente a cada lector. Más precisamente, estas palabras alientan a la gente que practica el Zen y estudia la Vía. "Usted" quiere decir cada uno de los que leen el Shodoka. Esta palabra "usted" figura también al final del Shodoka en el verso "Puesto que usted no comprende esto, lo resolveré yo por usted ahora." Al poner la palabra "usted" al principio y al final y al juntarlas, Yoka Daishi nos hace partícipes de la historia. Nosotros mismos, en persona, somos interpelados.
El Shodoka, es el propio satori de Yoka Daishi. Es su propio satori interior. En lenguaje moderno podemos decir reflexión íntima. En todo caso, es un poema sobre el dharma del propio satori interior de Yoka Daishi, dirigido a toda la gente del mundo entero que practica el Zen y estudia la Vía.
Así dice: "¿No ha visto usted...." Si preguntamos "¿Visto qué?", la respuesta sería: "¡Lo que voy a explicar!." En otras palabras dice: "No ve usted al hombre de la Vía que ha ido más allá del estudio y vive sin esfuerzo." Dicho de otra manera: "¿No ve usted el principio del universo entero?." Usted lo sabe todo sobre las fabricaciones humanas, etc., pero, ¿no ve usted al hombre de la Vía que ha cesado de estudiar y vive sin esfuerzo? ¿No ve usted el principio del universo entero? En otros términos, ¿no ve usted que el dharma del propio satori interior de Yoka Daishi no está separado de Buda, de mi y de los seres sensibles de las diez direcciones?
El mundo de la religión es perfecto. Esto es así porque nuestras propias acciones son las acciones de todos los Budas de las diez direcciones y de los tres mundos. En consecuencia, el individuo no es tan pequeño. La gente piensa a menudo en grandes cosas; en cuanto les sucede la menor cosa, quieren inmediatamente hacerlo saber a todo el mundo. Anunciarles las cosas a los demás parece tener una gran importancia. Por otro lado, la gente está llena de secretos. Y en estos momentos, ignoran que ellos mismos son el universo entero. Nuestra persona, uno de nuestros estornudos, son el universo entero. Lo que un hombre hace solo sin que nadie lo sepa es aplaudido y compartido por el mundo entero. Así, la práctica de una persona renueva el satori de todos los Budas de las diez direcciones y los tres mundos, y certifica de nuevo el estudio de la Vía. Al mismo tiempo, la acción inmoral de una sola persona es una blasfemia contra todos los Budas de los tres mundos y de las diez direcciones y contra los seres sensibles de las diez direcciones.
Porque pensamos que el individuo puede hacer lo que quiera, llegamos a cometer sacrilegios. Pero si alguien actúa con el universo entero, su acción de hoy es eterna. Así, cuando Yoka Daishi dice: "¿No ve usted?" además después dice: No ve usted "al hombre de la Vía que ha ido más allá del estudio y vive sin esfuerzo." Pero al mismo tiempo, designa el sentido total del Shodoka y muestra que nuestras acciones no pueden ser cortadas y separadas del universo.
Nuestra corrupción es el estado en el que estamos cortados del universo. Cuando el yo sale del universo entonces estamos corrompidos. Pero cuando tomamos personalmente el gran principio del universo sobre nuestros hombros, es lo mismo que decía Shinran Shonin": "Cuando reflexiono profundamente en el gran voto que proviene de los cinco kalpas de meditación de Buda Amida, estoy convencido de que fue hecho únicamente y en último lugar por mi salvación." Porque si se reflexiona profundamente, se ve que ha sido formulado únicamente y en último lugar por Shinran; Shinran a su vez toma sobre él la práctica de todos los seres sensibles. Además, no tenemos necesidad de buscar por todos lados seres sensibles inmersos en la ilusión. Si simplemente cerramos los ojos y reflexionamos, solamente por nosotros mismos podremos comprender bien cómo la masa de los seres sensibles vaga entre tormentos. Sin mirar fuera, reflexionando justamente sobre nosotros mismos comprenderemos con seguridad a los seres inmersos en la ilusión. Nosotros somos como un modelo reducido del mundo de las diez direcciones. Un profesor decía que cuando observaba lo que hacían los estudiantes, realizaba que era como si observara su propia vida. Incluso sin ser profesor, si miramos de la misma manera a los seres inmersos en la ignorancia, comprenderemos bien y exclamaremos: "¡Oh, son como yo!" Llevamos esquemas generales en nosotros mismos. Una persona ejemplar está simplemente soportando y reprimiéndose. A ella bien que le gustaría meterse en algún lío si estuviese segura de salir airosa; si le encanta beber, le gustaría abusar de la bebida, de la misma manera que le gustaría apuntarse a la mayoría de los placeres; sólo que está conteniéndose pacientemente.
Puesto que esto es así, el satori de todos los Budas se vuelve la realidad del satori de montañas y ríos, de la hierba y de los árboles. Tal es el sentido de la frase: "Los seres sensibles y las cosas insensibles, obtienen el satori al mismo tiempo; la hierba, los árboles, el país entero sin ninguna excepción obtienen la budeidad."

Zen. 26-5. Bis.

Zen. 26-5. Bis.

Los Darani de los hindúes y los Waka y Haiku japoneses son excelentes, pero las cualidades de la literatura china son totalmente particulares. Además, la literatura taoísta era muy popular en los tiempos de la transmisión del Zen, y dicen que influenció a éste.
Yo no soy especialista en Historia y no sabría decir lo que procede del Zen o de la literatura china, ni lo que vino primero, pero en todo caso, cierto tipo de literatura zen, profunda e inefable, apareció. De una gran cualidad poética, está escrita en una lengua de poderosas sonoridades en versos sobrios y sutiles.
Había un hombre de nombre Fugai Zenji. Entre sus discípulos hubo tres grandes hombres: Ekido, Tanzan y Mukan. Parece ser que este Fugai era tan gordo que daba miedo. Era un músico excelente y un calígrafo de talento. Sus dibujos eran verdaderamente elegantes; yo tengo un Paranirvana de Buda hecho por él. Es mi tesoro y no se lo daría a nadie aunque me lo pidiera. Inspirado por este Paranirvana de Buda durante varias decenas de años he celebrado con entusiasmo una ceremonia anual por el paranirvana.
De entre los tres discípulos de Fugai, uno practicaba zazen, el otro no hacía más que leer y escribir un manuscrito que intentaba descifrar con una lupa, y el tercero jamás cogía un libro ni se sentaba nunca en zazen; se contentaba con gallear con insolencia. Fugai Osho dijo al que practicaba solamente zazen: "Tienes una buena postura, eso es lo más importante para un monje zen. He aquí un zafu para el que he ahorrado durante mucho tiempo. Te lo regalo." "¡Oh, gracias!", respondió el discípulo. En nuestros días importamos el miraguano, pero en los tiempos antiguos no ocurría así. Un zafu costaba entre tres y cinco rio y esto era mucho dinero. Por eso el discípulo exclama: "¡Oh, gracias!." A partir de entonces, dicen que éste se concentró aún más en zazen.
El segundo se consagraba exclusivamente a escribir notas y comentarios. El maestro le dijo: "Haces un notable trabajo de investigación. Un monje zen puede sentarse en zazen o fanfarronear, pero si no es instruido, no vale nada. He aquí un libro que yo estudié y copié cuando era joven. Te lo doy." "¡Oh, gracias!." Cuentan que este hombre estudió en adelante todavía con más ardor.
El último no hacía más que jactarse; era un verdadero desvergonzado. Como si estuviese golpeando un tambor, fanfarroneaba sin cesar. El maestro le llama y le dice: "Tienes mucho talento, se puede hacer zazen o estudiar tanto como se quiera, pero si no se tiene talento, eso no tiene ningún valor. Para cualquier cosa, un monje tiene que tener talento." Después de esto este hombre se volvió aún más arrogante; añadió un último toque de impudor a su talento y se vanagloriaba todavía más. ¿Quienes eran estos tres hombres? El que hacía solamente zazen se llamaba Ekido Zenji. El que se consagraba exclusivamente al estudio, Mukan Osho, y el que se alababa todo el tiempo, Hata Tanzan Osho, es el que en los primeros años de la era Meiji enseñaba filosofía en la universidad imperial, llevaba un vestido occidental, se dejaba crecer la barba y se vanagloriaba.
Como quiera que sea, es Mukan Osho el que prepara el Shodoka Preparado para la Recitación y lo publica. Hasta ahí, los caracteres indican como el canto no figuraba en el texto. Pero el Shodoka está considerado como "la música ceremonial" por excelencia del canon búdico. El Shodoka Preparado para la Recitación había nacido. En él figura también una introducción escrita por Rugaï Osho.
Este Shodoka es mucho menos sofisticado que el Hekigan, el Shoyo Roku y el Mumonkan. A decir verdad, estos últimos así como sus notas preliminares y sus comentarios críticos dan la impresión de que están en contradicción con las "palabras y la letra" del Zen. En lo que concierne a la literatura japonesa, el Shin Jin Mei, el Shodoka, o el Shandokai y el Hokyo Zan Mai tienen algo de la sensibilidad del Manyoshu.
Por otra parte, el Shoyo Roku o el Hekigan tienen un fuerte sabor literario y se parecen a obras más recientes incluso que el Kokinshu japonés. Además, si se las juzga según su esencia, se tiene el sentimiento de que una expresión tan sofisticada tiene menos eficacia. Por eso, obras como el Shin Jin Mei, el Shodoka y el Hokyo Zan Mai son verdaderamente lo mejor y más elevado de la literatura zen. El Shodoka es llamado también Daijo Ketsugi Kyo de Shintan Shoja. Es un Ketsugi Ky (sutra que resuelve los problemas) mahayana escrito por un sabio chino. Estas son las cualidades y el rango del Shodoka.

Zen. 26-5.

Zen. 26-5.

La transmisión de la persona se aplica a alguien que haya sido verdaderamente influenciado e impresionado por la persona de Shakyamuni. Eso quiere decir que una persona con otra contactan. Son el maestro y el discípulo. Como la frase: "Ojo con ojo, sin sombra entre los dos"; dos personas se encuentran perfectamente sin que una sombra los separe. Dos personas se acoplan perfectamente.
Aquí una persona, allí otra. Están Shakyamuni y Mahakashyapa, y deben volverse unidad. Un poema de Manzan Osho dice: "Una comunión de corazón a corazón, pensamiento tras pensamiento sin olvidar, viéndose el uno al otro cada día, ¿por qué separar la vida y la muerte?" Sea cual sea el ardor de una pareja de amantes, no podrían jamás alcanzar este estado. Quizás durante un corto período puedan conocer la "comunión de corazón a corazón", pero no pueden entrar en la condición de pensamiento tras pensamiento sin olvidar." Si se separan un poco, se olvidarán el uno del otro completamente. "Viéndose cada día..."; si una abuela muere, se la olvidará bien pronto. ¿Por qué separar la vida y la muerte? Estar muerto o vivo no es verdaderamente el problema. Vuestra persona y la mía están siempre juntas. Por vuestra persona yo estoy iluminado.
A causa de esto, la vía de Sócrates pudo ser transmitida a una noble persona como Platón sin el menor cambio en la forma o el contenido. Esto fue posible porque hubo transmisión de la persona. En otros términos, ésta es la transmisión del Zen.
A propósito de esto, existe otra obra notable de Manzan Osho titulada Myodo Nishidan Yo Ge, que dice esto: "En un zagu ninguna división, diez mil ri al otro lado del océano, y nuestras cejas se tocan." El zagu es la pieza de tela a modo de estera que el monje zen extiende ante sí para prosternarse. En algunas ocasiones, el borde del zagu del maestro se posa sobre el borde del zagu del discípulo y se prosternan los dos juntos, a veces cara a cara, a veces lado a lado. El sentido de: "En un zagu ninguna división", es que no hay la menor separación ni el menor obstáculo entre el maestro y el discípulo.
"Diez mil ri a través del océano." Yo estoy en Kyushu y vosotros en Hokuriku; no son diez mil ri, pero aún así nuestras cejas están en estrecho contacto. Este contacto estrecho entre vuestras cejas y mis cejas es la transmisión de la persona.
Vista bajo esta perspectiva la poesía es muy interesante. Las cosas que la prosa no puede expresar aparecen con una belleza exquisita gracias al efecto poético. Esto también es la transmisión de la persona.
Es la "transmisión del espíritu", una transmisión especial "más allá de la enseñanza", y "fuera de las letras y de las palabras." En este caso, poco importa la cantidad de palabras escritas o pronunciadas, nada se dice; se habla en silencio. Esto no tiene pues nada que ver con la traducción literal o libre de algo; esta expresión abierta de la persona se muestra a través de la armonía de la poesía. Digo a menudo que el sermón de un monje debe ser parecido al lenguaje de un sordomudo. Utilizar palabras persuasivas como en las situaciones ordinarias no produce en absoluto un buen efecto. Aprender de memoria antiguos sermones y recitarlos con voz seductora no suena bien en absoluto. Para hacer que pase algo verdaderamente, es necesario que salga espontáneamente, la torpeza no estorba.
Un sordomudo todo lo hace por gestos, habla por medio de la mímica. Si hablásemos como los sordomudos sería muy original. Sin pronunciar "esto está amargo", la gente, mirando vuestro comportamiento pensará: "¡Ah! está amargo." Si mostrásemos que tenemos hambre con gestos, las palabras serían inútiles. Las fabricaciones humanas complicadas como el esperanto no son necesarias; los gestos son suficientes. Uno se hará comprender en Alemania o en Francia y nada le faltará. Esa es la "transmisión especial fuera de la enseñanza, fuera de la letra y de las palabras", de los monjes zen.
Esta profunda transmisión de la persona que es el budismo tiene, en muchos aspectos, formas muy originales de expresarse. En breve, es el Zen.
Algunas personas han dicho que en la escuela del Zen, debido a "fuera de la letra y de las palabras", sería mejor que no hubiera ninguna literatura; y sin embargo, si se hace inventario, es el Zen quien tiene la literatura más abundante (entre las escuelas budistas). ¿Por qué esto es así? Porque se descubren cosas nuevas llenas de creatividad. Porque son originales, es interesante leerlas aunque sólo sea una frase. Como quiera que sea, si nadie comprende el contenido, el lenguaje no es más que una concha vacía. Entonces somos como ese ciego que fue a ver los cerezos en flor. Se puso a abrazar diferentes árboles diciendo: "¿Dónde están los cerezos? ¿Es un cerezo esto que yo toco?." Esta es la única diferencia entre los que han visto los cerezos en flor y los que no los han visto.
Cuando se lee el Shodoka uno se asombra a cada verso. El que no se asombra muestra simplemente su propia tontería. Hay muchos versos en el Shodoka que, si se recitan a un monje interesado solamente por el dinero, le harían pensar: "Si digo este tipo de cosas, no obtendré nunca ninguna limosna." Por ejemplo: "En el ojo de la realización no hay nada que ver", o "No hay ni hombre ni Buda", o bien "Todas las cosas del Universo no son más que burbujas en el océano", o también "Todos los sabios y santos desaparecen en un relámpago." En cuanto a mí, todas estas frases me procuran un delicioso placer. No lo puedo remediar. Además son verdaderas.
Por otra parte, gracias al ritmo poético y a la fuerza del sonido, los versos se vuelven cada vez más fluidos a medida que se los recita. Aparte del Shodoka, hay numerosos poemas del mismo género, tales como el Shin Jin Mei, el Sandokai, el Hokyo Zan Mai, los poemas de Sesshi, el Shinpo No Gin y el Soan No Gin de Sekito Daishi.
Cuando el Hekigan no estaba todavía escrito, existían muchos largos poemas como éste. En esta época a la gente le gustaba cantarlos y ponerles música, y así dieron lugar a la música de ceremonia. Los poemas chinos son melodiosos; si se recitan en su lengua tienen una bella sonoridad, más rica aún cuando se cantan. A su lectura, queda uno impresionado por su belleza, mayor aún cuando se les recita. No exponen argumentos. Se puede tener una experiencia religiosa sólo con recitarlos, como tocando la flauta o escuchando música.
Por el estudio podemos aprender que los cinco skandha son la forma, la percepción, la concepción, la volición y la conciencia; que los seis órganos de los sentido son la vista, el oído, el olfato, el gusto, el tacto y la facultad de pensar; y que la cadena de las doce causalidades comprende la ignorancia, las acciones que se derivan de ésta, la conciencia, las funciones mentales y su objeto, los cinco órganos y el espíritu, el contacto, la percepción, el deseo, el apego, la existencia, el nacimiento, la vejez y la muerte. La ilusión, la acción y el sufrimiento, el pasado, el presente y el futuro. Si acumulamos este tipo de conocimientos quizás podamos pasar un examen pero esto no guarda ninguna relación con la persona. El Zen no es así. La persona de Buda ha sido transmitida hasta aquí como la electricidad. Para intentar explicar esto, el lenguaje tradicional es simplemente insuficiente, así que se tiene que recurrir inevitablemente a palabras con resonancias poéticas. Entre los textos zen que no están en prosa, el primero que apareció (en China) fue el Shin Jin Mei del tercer patriarca. Seguidamente viene el Shodoka. El texto original está en lengua china, pero, para hacerlo accesible al lector, he introducido en él kana y lo he vuelto a escribir. Recomiendo a la gente resuelta aprender a leer en chino a causa de la profundidad de esta lengua.

Zen. 24-5. Ter.

Zen. 24-5. Ter.

La evolución del Shodoka
Aquí, en lo que podríamos llamar "el mundo humano" o "sobre esta tierra", existe el fenómeno de la religión. El hombre primitivo también tenía una religión. Cuando retumbaba el trueno, o temblaba la tierra, pensaba que esto era la obra de un dios. Con el tiempo, la humanidad se volvió más complicada y las religiones también más complejas, como el cristianismo o el budismo, que aparecieron y no se han hundido ante la ciencia moderna.
Entre las religiones modernas, el budismo no ha sido fabricado por los hombres. El budismo es el fin de las fabricaciones humanas. Cuando un hombre es súbitamente liberado, decimos que es hodoketa. También el nombre de hotoke que se le da en japonés a Buda tiene connotaciones muy interesantes. En todo caso, de todas las especialidades célebres del Oriente, sin ninguna duda el budismo es la más importante.
En lo que concierne al budismo, cuando Buda Shakyamuni estaba en este mundo, su simple presencia era suficiente enseñanza. Incluso sin sermones -los cuales son vagos y a menudo equívocos- su persona era ya un sermón perfecto y una perfecta influencia. Lo que la gente apreciaba era la persona de Shakyamuni, y no la lógica de sus argumentos.
Como quiera que sea, el ser humano está destinado a la muerte. Y el mundo humano puede ser profundamente afectado por la existencia o la no existencia de un ser. La existencia del ser humano Shakyamuni ha tenido una gran influencia. Porque Shakyamuni aceptó a la vez la dulzura y la amargura de la vida, y actuaba desde las profundidades de esta aceptación; sus sermones trataban de cosas adaptadas por completo a la realidad de la vida. Eso solo satisfacía a todo el mundo. Así es el individuo Shakyamuni Buda.
Pero esta persona Shakyamuni está muerta (es decir, ha entrado en el nirvana). Dicen que en el momento en el que entró en el nirvana, cierta persona se puso a bailar diciendo: "¡Al fin nuestro padre tan severo se ha ido. A partir de ahora, podremos beber tanto como nos plazca!." Viendo esto, Mahakashyapa dijo: "¡Nada de eso! ¿Puede haber algo de peor gusto que bailar porque Shakyamuni haya muerto? Ahora que Shakyamuni nos ha dejado, debemos tomar el dharma que nos ha enseñado como si fuésemos Shakyamuni mismo."
En verdad, sólo con mirar el rostro de Shakyamuni, todas las preocupaciones se desvanecían. Si se ponían los ojos con veneración, aunque sólo fuese una sola vez, sobre su rostro, nunca más se le podía olvidar. Muchos brahamanes, viendo el comportamiento majestuoso de Shakyamuni y escuchando la nobleza de su voz cuando daba un sermón, sintieron miedo de que les quitara sus propios discípulos. Una viuda, impresionada por el aspecto imponente de Shakyamuni durante una conferencia, se dijo que éste era el esposo ideal y se esforzó en atraparlo. El budismo es lo que fue influenciado por este Shakyamuni lleno de dignidad.
Y bien, este Shakyamuni murió. Como no había una alternativa mejor, lo que él había dicho fue fijado por escrito. Así es como aparecieron los sutras. En el Yuikyogyo está escrito: "Si en lo sucesivo mis discípulos viajan y practican (las enseñanzas), eso es el cuerpo del dharma del Tathagatha que existe desde siempre y no conoce el fin." Después que la persona muere, el dharma en sí mismo se vuelve el maestro. Como consecuencia, numerosos sutras hicieron su aparición.
Fueron traducidos al chino, después estas versiones chinas al japonés. En todos los países, cuando una cultura extranjera hace su aparición, la gente dotada para los idiomas es altamente apreciada. Pero, incluso después que los sutras hubiesen sido ya traducidos, ciertas personas continuaron siendo objeto de admiración y de elogios simplemente porque conocían el sánscrito, fuera cual fuese su valor moral o su personalidad. Incluso sin ser monje ni guardar los preceptos se podía ser venerado como un ser iluminado por poco que se fuese capaz de traducir cualquier cosa. Esto es evidente en el caso de Genjo cuya importancia no ha disminuido con el paso del tiempo. Para que se pudieran leer en japonés, las traducciones chinas debían ser copiadas. Estos sutras han pasado de mano en mano desde los tiempos lejanos en que el venerado Shakyamuni murió, hace ya más de veinte siglos, y la lingüística ha jugado un papel muy importante.
En consecuencia, una explicación de las evoluciones lingüísticas se vuelve necesaria; ese es el origen de los comentarios de los sutras. Por ejemplo, en ciertas obras el término sánscrito bodhiu es traducido por el carácter chino michi. En traducciones más recientes, se traduce por kaku. El término sánscrito saha está traducido por nindo. O anuttara samyaku sambodhi por mujo shotokaku. Si estas diversas traducciones no están acompañadas de una explicación, son incomprensibles.
Así que los eruditos trabajaron duramente sobre traducciones difíciles; la interpretación de los sutras se volvió aburrida y el pensamiento muy complicado. Encontramos en los sutras una mezcla de psicología, de lógica y de casi todo. En Japón, los que pueden explicar todo esto son muy apreciados. Además, existen dos estilos de traducción: la traducción literal y la traducción libre. Así, aparecieron diferentes versiones del mismo texto. Por si esto fuera poco, se analizan ahora los sutras a la luz de los descubrimientos modernos de la Historia y de la Arqueología, dando lugar a la aparición de numerosas teorías que han complicado todavía más las cosas. Es lo que se llama la "búsqueda budista moderna." pero si nos preguntamos: "¿Es esto suficiente?" Pues bien, ¡No! ¡Esto no es suficiente! Está también lo que no aparece en la letra y las palabras, la transmisión de la persona.

Zen. 24-5 bis.

Zen. 24-5 bis.

1.

TEXTOS ZEN*
Bajo este nombre se reúnen en esta página un conjunto de escritos que giran en torno a la práctica del Zen.
También se incluyen los kusen. ¿Qué es el kusen?. Ku, la boca. Sen, la enseñanza.
El kusen es la enseñanza del maestro a sus discípulos, en el dojo, durante zazen. El kusen es un lenguaje secreto, una técnica zen de la palabra, reservada a los discípulos del Zen Soto en zazen.
Es el secreto entre maestro y discípulo que las personas del exterior no pueden comprender. El kusen es del maestro al discípulo y del discípulo al maestro. Algunas veces, la enseñanza es simple; otras, larga y profunda. Pero no es literatura ni una conferencia.
El maestro debe atacar e impresionar el espíritu de los discípulos. El kusen usa un lenguaje directo. A veces, irónico; a veces, cómico con un tono de humor. Las frases son cortas, directas. Estas frases cortas son necesarias porque deben atacar.
El kusen no tiene como finalidad la educación del intelecto y del saber; debe impresionar el cerebro profundo y hacer surgir la intuición y la sabiduría más elevada. Durante zazen, los discípulos, inconscientemente, naturalmente, automáticamente, oyen el kusen, por lo que intentar memorizar no es necesario. El kusen penetra en el subconsciente y la memoria lo graba automáticamente, inconscientemente, naturalmente. Durante el kusen, el maestro crea la enseñanza transmitida por su maestro. Hay que insistir sobre esta creación aquí y ahora.

POEMAS & COMENTARIOSEl Shodoka KUSENBodaishinZazenshin TEXTOS TRADICIONALESMaka Hannya Haramita ShingyoEl Sutra del DiamanteSan Do KaiHokyo Zan Mai Fukanzazengi Gatha de Seng T’san SESSHIN & DÍAS DE ZAZENSesshin de Becerril de la Sierra, Diciembre 1997
EL SHODOKA del Maestro Kodo Sawaki
Originalmente, yo no tenía la intención de hacer un libro. Se trata de veintitantas conferencias reagrupadas y puestas en un volumen. Por eso el estilo no es demasiado rebuscado. Su forma es ruda y simple. Yo hablo a corazón abierto.
Un hombre cuenta lo siguiente: estaba yo dando una conferencia en alguna parte cuando él pasó por delante de la sala. Como mi voz es particularmente fuerte y agresiva, echó una ojeada furtiva al interior. Con gran sorpresa, no vio más que a dos personas frente a mí. Poco importa que hable para una sola, para cien o para mil personas. Siempre hablo desde el fondo de mi corazón. Por ello, en cada palabra y en cada frase, mi espíritu y mi cuerpo, mi carne y mi sangre están totalmente puestos al desnudo. En este libro esta cualidad está simplemente trasladada a la forma escrita.
Soy incapaz de utilizar un lenguaje vago del género so daro (sin duda que), o aru kamo sirenai (puede ser que). Yo digo claramente: "Esto es esto y aquello es aquello." Si a la lectura de este libro, vuestra actitud en la vida se vuelve un poco más fuerte, es gracias a esta forma de hablar.
El Shodoka es un sutra que yo aprecio profundamente. Su contenido es infaliblemente refrescante y revelador. Es un poema, y cuando se le recita, su sonido es maravilloso. Un espíritu manchado se sentirá inmediatamente puro y brillante.
Me gustaría que recorrieseis este libro una vez sin que os atéis demasiado a los detalles: así podréis gustar el sentido misterioso del Zen.
Kodo Sawaki 1940, primer día de la sesshin de Rohatsu, Geya, templo Zen de Tengyo.

Zen. 24-5

Zen. 24-5

Koan
El estudioso del budismo Zen, Daisetz Teitaro Suzuki, define el koan de la siguiente manera: Kung-an es una pregunta sobre un tema que se le ha dado a un estudiante para que responda. Significa literalmente «documento público», y, según un estudioso del budismo Zen, se llama así porque sirve como tal a la hora de examinar la autenticidad de la Iluminación que un estudiante dice haber conseguido. A pesar de que el koan se medita durante la práctica de una forma particular de respiración, para que el lector se haga una idea de su contenido filosófico, citamos una de las primeras koan del Zen: Al pensar ni del bien ni del mal en este preciso instante, ¿cuál es tu Naturaleza Originaria?
Una reformulación moderna de la ética budista *
1. No idolatrar ninguna doctrina, teoría o ideología, sea cual sea, incluido el budismo. Los sistemas de pensamiento budistas deben ser considerados como guías para la práctica y no como la verdad absoluta.
2. No pensar que uno posee un saber inmutable o la verdad absoluta. Hay que evitar la estrechez de mente y el apego a los propios puntos de vista. Aprender y practicar la vía del no-apego con el fin de permanecer abiertos a los puntos de vista de los demás. La verdad sólo puede hallarse en la vida y no en los conceptos. Hay que estar dispuesto a continuar aprendiendo durante toda la vida y a observar la vida en uno mismo en el mundo.
3. No forzar a los demás, incluidos los niños, a adoptar nuestros puntos de vista a través de ningún medio sea cual sea: autoridad, amenaza, dinero, propaganda o educación. Respetar las diferencias entre los seres humanos y la libertad de opinión de cada uno. Saber, sin embargo, utilizar el diálogo para ayudar a los demás a renunciar al fanatismo y a la estrechez de espíritu.
4. No evitar el contacto con el sufrimiento ni cerrar los ojos ante él. No perder la plena conciencia de la existencia del sufrimiento en el mundo. Encontrar medios de acercamiento a los que sufren, ya sea a través de contactos personales, visitas, imágenes, sonidos... Despertarse y despertar a los demás a la realidad del sufrimiento en el mundo.
5. No acumular dinero ni bienes cuando millones de seres sufren hambre. No convertir la gloria, el provecho, la riqueza o los placeres sensuales en la meta de la vida. Vivir simplemente y compartir el tiempo, la energía y los recursos personales con aquellos que están en la necesidad.
6. No conservar la cólera o el odio en uno mismo. Aprender a examinar y a transformar la cólera y el odio cuando aún no son más que semillas en las profundidades de la conciencia. Cuando la cólera y el odio se manifiesten, debemos enfocar la atención sobre la respiración y observar de manera penetrante con el fin de ver y comprender la naturaleza de esta cólera u odio, así como la naturaleza de las personas que se supone son la causa. Aprender a mirar los seres con los ojos de la compasión.
7. No perderse dejándose llevar por la dispersión o por el entorno. Practicar la respiración consciente y enfocar la atención sobre lo que está sucediendo en este instante presente. Entrar en contacto con aquello que es maravilloso, lleno de vigor y de frescor. Sembrar en uno mismo semillas de paz, de alegría y de comprensión con el fin de ayudar al proceso de transformación en las profundidades de la conciencia.
8. No pronunciar palabras que puedan sembrar la discordia y provocar la ruptura de la comunidad. A través de palabras serenas y de actos apacigüadores, hacer todo el esfuerzo posible para reconciliar y resolver todos los conflictos, por pequeños que sean.
9. No decir cosas falsas para preservar el propio interés o para impresionar a otros. No pronunciar palabras que siembren la división y el odio. No difundir noticias sin la seguridad de que son ciertas. No criticar ni condenar aquello sobre lo que no se está seguro. Hablar siempre con honestidad y de manera constructiva. Tener el coraje de decir la verdad sobre las situaciones injustas incluso si nuestra propia seguridad queda amenazada.
10. No utilizar la comunidad religiosa para el interés personal ni transformarla en partido político. La comunidad en la que se vive debe sin embargo tomar una posición clara contra la opresión y la injusticia y esforzarse en cambiar la situación sin comprometerse en conflictos partidistas.
11. No ejercer profesiones que puedan causar daño a los seres humanos o a la naturaleza. No invertir en las compañías que explotan a los seres humanos. Elegir una ocupación que ayude a realizar el propio ideal de vida con compasión.
12. No matar. No dejar que los demás maten. Encontrar todos los medios posibles para proteger la vida y prevenir la guerra. Trabajar por el establecimiento de la paz.
13. No querer poseer nada que pertenezca a los demás. Respetar los bienes de los demás pero impedir cualquier tentativa de enriquececimiento a costa del sufrimiento de los demás seres vivos.
No maltratar el cuerpo. Aprender a respetarlo. No considerarlo únicamente como un instrumento. Preservar las energías vitales (sexual, respiración y sistema nervioso) a través de la práctica de la Vía. La expresión sexual no se justifica sin amor profundo y sin compromiso. Concerniente a las relaciones sexuales, tomar conciencia del sufrimiento que puede ser causado a otras personas en el futuro. Para preservar la felicidad de los demás hay que respetar sus derechos y compromisos. Ser plenamente consciente de la propia responsabilidad a la hora de traer al mundo nuevos seres. Meditar sobre el mundo al que traemos estos seres.

Zen. 23-5

Zen. 23-5

Qué es el Zen?*
Se puede hablar mucho del Zen, pero ello no tiene mucho valor. Si intentamos explicarlo, lo hacemos por la sencilla razón de que gran parte de las artes japonesas se basan en esta práctica.
Para entender las artes tradicionales japonesas es necesario investigar, por una parte, el sintoísmo, la religión animista primitiva japonesa, y por otra, el Zen, sobre el cual se fundan, entre otras artes:
· La ceremonia del té (cha-no-yu).
· La arquitectura -principalmente de los templos budistas.
· Las artes marciales o el camino del guerrero (bushido).
· El teatro Nó, representación que es un verdadero estudio del movimiento y de la emoción.
· La caligrafía y las pinturas en tinta china a mano alzada.
· El haiku, una forma muy popular de poesía cuyo representante moderno es el eximio poeta Matsuo Basho.
El Zen es intuición pura. El Zen es el Zen, como han repetido los maestros; una rama de la filosofía budista que propugna que el estado de Iluminación (satori) se alcanza por medio de la meditación o de la reflexión o pensamiento sobre lo imposible (koan).
El budismo Zen se divide en dos ramas principales: la secta Soto y la secta Rinzai. La primera es partidaria de alcanzar el satori mediante la meditación, llamada zazen. La segunda, en cambio, si bien acepta la meditación, utiliza una forma directa de llegar al satori mediante la reflexión y estudio del koan.
Ambas ramas, a pesar de ser japonesas, se remontan a la China, donde los budistas de antaño discutían en los mismos términos cuál era el mejor camino para alcanzar la iluminación. Por tanto, esta división no es nueva; antes bien, se puede trazar hasta los orígenes mismos de la escuela Chan, en la China.
El satori es un estado más allá del dualismo del ser o no ser, del bien y del mal, de lo hermoso y lo feo y del Buda y el no-Buda. Es un estado, por tanto, que se alcanza mediante la superación de las percepciones humanas y mediante el entendimiento de que ellas son el reflejo de un mundo al que creemos falsamente eterno e inmortal. El camino para alcanzar el satori, no obstante, no es racional, sino que depende en grado mayor de la intuición.
Las sutras budistas definen la Iluminación de la siguiente manera: Lankavatara-sutra
La Iluminación en sí tampoco tiene esencia, por eso, en realidad, no existe. La Iluminación existe porque existe la ilusión y la ignorancia. Si desaparece la ignorancia también desaparecerá la Iluminación. No existe la Iluminación sin lo ilusorio y no existe lo ilusorio sin la Iluminación.
El que en verdad busca la Iluminación, una vez iluminado, no permanece en ese estado, puesto que la existencia de la iluminación significa todavía la existencia de la ignorancia.
Mi primer contacto con el Zen ocurrió en 1993, en un templo de la secta Soto en la ciudad japonesa de Iwaki, provincia de Fukushima. Mi maestro, por ende, insistía más en la práctica de la meditación que en otra cosa; aunque combinaba el zazen con la recitación de las sutras y la lectura de alguna de las 120 obras que escribió Dogen-zenji, el fundador. Tai-san, mi maestro, es uno de los más fieles seguidores de Dogen que he conocido. El día en que me presentaron ante él me dio un ejemplar en inglés del Shobogenzo-zuimonki, la recopilación de los sermones de Dogen escrita por su discípulo Koun Ejo-zenji (1198-1280). Es una obra particularmente atractiva para quien desee iniciarse en el budismo de Dogen.
Al día siguiente, comencé a practicar zazen con algunos compañeros japoneses interesados en el budismo, pero no pude recitar las sutras, puesto que no podía leer el japonés, y tuve que conformarme con oírlas y tratar de entenderlas. Hoy ya no vivo en Iwaki y no tengo tanto tiempo para practicar semanalmente el zazen, pero mi encuentro con Tai-san ha sido uno de los mejores momentos vividos en Japón.
La historia del budismo Zen en Japón es apasionante. Es como si nos refiriéramos a la Historia misma de este milenario Estado. El budismo de la India, reza la leyenda, llegó a la China por boca de un monje llamado Bodhidharma (Daruma), alrededor del año 532. Sus enseñanzas se fundieron con el taoísmo, la religión primitiva de la China. Se estima que Huineng (638-713), patriarca del Chan de la dinastía Tang (618-907), fue el fundador del Zen.
Dogen (1200-1253), junto con Eisai (1141-1215) introdujeron seiscientos años más tarde la escuela Chan en Japón. La influencia de la secta Soto no ha sido tanta como la de la secta Rinzai, que fue clave en la transformación del Estado japonés en algunos periodos. Los abades de sus templos, situados principalmente en Kioto y Kamakura, recibieron a menudo el título de maestros nacionales (kokushi) de parte de la corte imperial. Asimismo, la primera obra de Eisai, Kozen gokoru ron (Sobre la promoción del Zen y la protección de la nación), que data de 1198, fue el primer tratado de Zen en Japón.
Dogen, en cambio, después de volver de China y una vez que alcanzara el satori, huyó de las intrigas políticas y construyó en 1233 el primer templo independiente de Japón, el Kosho Horinji. Pero ni siquiera la indepencia del templo logró apaciguar su deseo de trasladarse a un lugar más alejado de los asuntos de palacio y de cumplir con los deseos de su maestro y antecesor, Rujing (1163-1228). Eiheiji fue el templo que fundó en las montañas de la provincia de Echizen en 1243, en lo que es la actual provincia de Fukui, para servir ese fin. El monasterio fue terminado un año más tarde. En la actualidad, el Eiheiji continúa abierto a quien quiera iniciarse en el budismo y desechar la vida mundana. Es conocido como uno de los lugares en los que se encuentran en estado más puro las enseñanzas del budismo Zen.

Zen. 22-5 bis

Zen. 22-5 bis

El énfasis sobre la naturalidad y espontaneidad muestra claramente las raíces Taoístas pero la base para este énfasis es estrictamente Budista. Es la creencia en la perfección de nuestra naturaleza original, la realización de que el proceso de iluminación consiste meramente en transformarnos en lo que ya somos desde un principio. Cuando se le preguntó al maestro Zen Po-chang sobre buscar la naturaleza Buddha, respondió, "Es muy parecido a montar un buey en busqueda del buey."
Hay dos escuelas principales de Zen en Japón actualmente, difieren en sus métodos de enseñanza. La escuela Rinzai o "repentina"}, utiliza el método koan, se da prominencia a entrevistas formales periódicas con el maestro, llamadas sanzen, durante las cuales se le pregunta al estudiante su visión actual sobre el koan que ha estado tratando de resolver. La resolución de un koan involucra largos periodos de intensa concentración que llevan a una revelación repentina de satori. Un maestro con experiencia sabe cuando un estudiante ha llegado al borde mismo de la iluminación repentina y le es posible choquearlo a una experiencia satori con acciones inesperadas, tales como un golpe con una varilla o un grito fuerte.
La escuela Soto o gradual evita los métodos de shock de Rinzai y apunta hacia la maduración gradual del estudiante Zen, "como la brisa de primavera que acaricia la flor, ayudándola a florecer." Propugna 'el sentar tranquilo' y el uso de su propio trabajo común como dos formas de meditación. Ambas escuelas le confieren la mayor importancia a zazen, o meditación sentado, que es practicado en los monasterios Zen todos los días por muchas horas. La postura correcta y la respiración son las primeras cosas que debe aprender un estudiante de Zen. En el Zen Rinzai, zazen es usado para preparar la mente intuitiva para poder manejar el koan, y la escuela Soto lo considera la forma más importante para ayudar al estudiante a madurar y evolucionar hacia satori. Más que eso, es considerado como el logro visible de la naturaleza Buddha de uno mismo; cuerpo y mente siendo fusionadosen una unidad armónica que no requiere ninguna mejoría. Como dice un poema Zen: Sentado tranquilo, haciendo nada. La primavera llega, y el pasto crece por sí solo.
Ya que Zen asegura que la iluminación se manifiesta en las actividades diarias, ha tenido enorme influencia en todos los aspectos de la forma tradicional de vida japonesa. Estas no sólo incluyen las artes de la pintura, caligrafía, diseño de jardines, etc., y las variadas artesanías sino también en actividades ceremoniales como servir el té o el arreglo de flores y las artes marciales como el tiro con arco, la espada, el judo, el karate-do, etc. Cada una de estas actividades es conocida en Japón como un do, esto es, un tao o una 'vía' hacia la iluminación. Todas exploran varias características de la experiencia Zen y pueden ser usadas para entrenar la mente y llevarla en contacto con la realidad última. Las artes recién mencionadas son todas expresiones de espontaneidad, simplicidad y la total presencia de la mente característica del Zen, las actividades lentas y rituales de cha-no-yu, la ceremonia japonesa del té, los movimientos de manos espontáneas requeridas para la caligrafía y la pintura y la espiritualidad de bushido, "la vía del guerrero". Mientras que requieren de la perfección de la técnica, la maestría real sólo se logra cuando se trasciende la técnica y el arte se transforma en un "arte sin arte", brotando del subconciente. Somos muy afortunados en tener una descripción maravillosa de tal "arte sin arte" en el pequeño libro de Eugen Herrigel, Zen en el arte del Tiro con Arco. Herrigel utilizó más de cinco años con un renombrado maestro japonés para aprender su arte "místico" y nos da en su libro una descripción de cómo experimentó Zen a través del tiro con arco. Nos describe como el tiro con arco le fue presentado como un ritual religioso que es "bailado" en movimientos espontáneos, libres de esfuerzo y propósito. Le tomó muchos años de práctica dura, lo que transformó todo su ser, como aprender a estirar el arco "espiritualmente", con un tipo de fuerza no esforzada, y como liberar la cuerda "sin intención", dejando que el tiro "caiga del tirador como una fruta madura". Cuando llegó al clímax de perfección, el arco, flecha, objetivo y arquero, todos se fundían los unos en el otro y él no disparaba sino que "esto" lo hacía por él. La descripción de Herrigel del tiro con arco es una de las más puras recolecciones de Zen pues no habla en ningún momento de Zen.