Blogia
eedm

Zen. 6-6.

Zen. 6-6. El Zazenshin. El punto preciso del zazen. Ahora el maestro Dogen está en el mondo entre Nangaku y Baso. Baso había recibido la transmisión, el sello de la Ley, del maestro Nangaku; y seguía haciendo zazen sin parar.
Un día fue Nangaku a verlo y le preguntó, "¿A dónde apuntas cuando haces zazen, cuál es tu meta al hacer zazen?". Es una pregunta interesante. Digo siempre al principio, cuando uno viene al dojo, que se tiene una meta en relación con su conciencia. Muy pocas personas tienen ahora una vida espiritual establecida: buscar la Vía por la Vía, buscar zazen por zazen.
Venimos para curarnos. Es por eso que el maestro Wanshi emplea también la palabra aguja para expresar shin, el espíritu. La aguja que cura. Venimos para curarnos; algunos lo saben, otros no. Curarnos de nuestras enfermedades que poco a poco nos ha traído la vida cotidiana. Algunas son físicas, otras de malvivir.
Buscar algo, ¿para qué? Para tener más energía, para tener más sabiduría. Zazen, el Buda último, no es algo para conseguir algo. Es una práctica. El maestro Dogen dice, "Mejor que querer el dragón esculpido, debemos querer el verdadero dragón". Pero los dos dragones tienen el poder de las nubes, de la lluvia. El dragón esculpido y el verdadero zazen es la diferencia entre el sueño y la cosa real. Pero el sueño también es un reflejo de la cosa real.
A veces también estamos demasiado preocupados con la intimidad de nuestro cuerpo. Otras veces nuestro cuerpo nos parece demasiado alejado, como un desconocido. No aprendemos directamente de él; de la misma manera con nuestra conciencia. A veces somos íntimos con ella, es el verdadero dragón que podemos tocar, otras veces está muy lejos. Leemos sobre la conciencia, pensamos sobre la conciencia, pero ni la tocamos.
Pensad siempre en los dragones. Así en zazen, ¿a dónde apuntáis, a la idea de un satori alejado más allá de la práctica? En zazen debemos apuntar al cuerpo de Buda puesto en zazen, al espíritu de Buda puesto en zazen. No hay separación. Shikantaza: sólo sentarse. Buscáis demasiado deprisa. Tampoco hay que caer en lo manchado. Comprended los versos del maestro Tozan, "La Vía no existe solamente en los demás. Ahora voy solo, pero en armonía con todas las existencias". Voy solo no significa la soledad. Practico solo, hago zazen solo.
Zazen: sólo sentarse. No hay separación con la meta. La encontramos aquí y ahora, es la práctica.
Sigo con el Zazenshin del maestro Dogen. Zazenshin, el punto preciso del zazen, lo que se transmite directamente, el zazen-buda.
Ahora se trata de un mondo entre Nangaku y Baso; Baso no era cualquier monje, había recibido la transmisión de Nangaku y seguía practicando zazen, mucho, sin parar. Tenía un gyoji fuerte; es importante la repetición, zazen es difícil. Porque al mismo tiempo que nos despierta, nos abre los ojos. Al mismo tiempo da también fuerza a nuestro karma, a lo que somos, a la mezcla de causas y efectos que hacen lo que somos y que pueden manifestarse o no manifestarse.
Muchas veces, cuando observamos nuestra existencia se repiten las cosas; el karma se manifiesta, se repite.
Así, nosotros repetimos el karma de zazen. Pero, ¿donde se sitúa zazen exactamente?
Es un poco el punto del mondo entre Yakusan y Baso. Yakusan le preguntó:" ¿Por qué practicas zazen?"
Baso contestó:"Para llegar a ser Buda".
Estudié esta palabra: "llegar a ser", o "volverse Buda", o "convertirse en Buda", o "hacerse Buda".
Así, en la respuesta de Baso hay la meta para llegar a ser Buda, pero también debemos estudiar lo que significa llegar a ser Buda; si se trata de un Buda que existe aparte del ego habría que abandonar el ego para llegar a ser Buda. ¿O es un Buda que existe ya en nuestra naturaleza profunda, que aparece de sí mismo pero en el que pensamos que podría existir en nosotros y manifestarse?. ¿O es que practicando zazen tenemos en nuestra conciencia un Buda, u otro Buda podría manifestarse practicando zazen?, ¿o es que llegar s ser Buda es el abandono del cuerpo-espíritu?
Es muy fácil que aparezcan las complicaciones entre la práctica y la meta. Las complicaciones son idénticas a las ramas de la encina que se cruzan, se mezclan, no se puede encontrar la raiz; puede también que cuando llegamos a ser Buda ya no hay meta.
Entre las ramas que se entrecruzan también aparece el karma personal, el espíritu del despertar. No hay que equivocarse en el esfuerzo del zazen. Porque no puede ser un esfuerzo sólo para sí mismo, como la ignorancia del andar 100km bajo el sol; el esfuerzo de zazen se realiza con el universo entero, el zazen-buda. Y el zazen-buda se repite, no se cansa, la meta se actualiza; muso, no-aspecto, como el kesa

0 comentarios